La diversidad de tipos de suelo y climas, así como la búsqueda de calidad y rendimiento, obliga a los viticultores a adaptar sus técnicas de cultivo para optimizar su terroir. El análisis del suelo es una herramienta esencial en este proceso. Una estrategia de fertilización bien informada puede optimizar el rendimiento y la calidad, asegurando que obtengas lo mejor de tus uvas.